La psicología de la autoestima. Nathaniel Branden

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Capítulo 3

EL HOMBRE: UN SER RACIONAL

Del mismo modo que la integración es el principio clave de la vida, también lo es del conocimiento.

Como hemos visto, la herramienta que hace posible que el hombre retenga y designe estos conceptos es el lenguaje. El lenguaje consiste en un sistema organizado de símbolos audibles-visuales por medio del cual el ser humano retiene sus conceptos bajo una forma firme, precisa. Por medio de l uso de palabras, es decir, por medio de unidades que representan números ilimitados de particulares, la mente del hombre es capaz de retener y trabajar con amplias categorías de entidades, atributos, acciones y relaciones; algo que no sería posible si tuviera que formar imágenes de cada elemento concreto incluido en tales categorías. Las palabras capacitan al hombre a manejar esos fenómenos tan amplios y complejos como <<materia>>, <<energía>>, <<libertad>>, <<justicia>>, que ninguna mente podría captar o retener si tuviera que visualizar todos los elementos concretos perceptuales que designan tales conceptos.

El proceso por el que las sensaciones se integran en las percepciones es automático ; la integración de las percepciones en los conceptos no lo es.

<<La razón>> (…) Ayn Rand, <<es la facultad que identifica e integra el material que ofrecen los sentidos del ser humano.

Definir al hombre como animal racional no supone implicar que sea un animal que siempre funciona racionalmente, sino más bien se trata de identificar el hecho de que su característica fundamentalmente le diferencia de otros animales, es su capacidad de razonar, de captar la realidad en el nivel conceptual de la conciencia. El exponente de esa capacidad es su poder de formular un discurso proposicional.

Una de las consecuencias más importantes de que el hombre posea una facultad conceptual es su poder de tener conciencia de sí mismo. Ningún otro animal es capaz de monotorizar y reflexionar sobre sus propias operaciones mentales, de evaluar críticamente su propia actividad mental, de decidir que un proceso dado de actividad mental es irracional o ilógico, y de alterar según esta decisión sus operaciones mentales subsiguientes.

La psicología de la autoestima. Nathaniel Branden.

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Capítulo 1

LA PSICOLOGÍA COMO CIENCIA

Es cierto que, mientras que la materia puede existir aparte de la conciencia, la conciencia no puede existir aislada de la materia, es decir, de un organismo vivo. Pero esta dependencia de la conciencia frente a la materia no respalda, en modo alguno, la afirmación de que sean idénticas. Por el contrario: tal y como ha señalado más crítico del materialismo reduccionista, es razonable hablar de que una cosa es dependiente de otra sólo si no son idénticas.

La única conciencia de la tenemos un conocimiento directo e inmediato de la nuestra propia. Conocemos la conciencia de otros seres sólo indirectamente, por medio de inferencias, por medio de expresiones o acciones externas. Esto no quiere decir que podamos adquirir un conocimiento exhaustivo de la naturaleza y las leyes de la actividad mental a través de la mera introspección. Quiere decir que cada hombre puede experimentar sólo su propia conciencia; la conciencia de otros seres nunca puede constituir el objeto de su percepción directa de la experiencia.

El conductismo radical es un materialismo reductivo explícito; sostiene que la mente es una serie de respuestas corporales, tales como las reacciones musculares y glandulares.

(…) fenomenalismo (…) condena a sus defensores a la posición de que la historia d ela raza humana sería exactamente la misma si nadie hubiera sido consciente de nada jamás, si nadie tuviera percepciones o pensamientos.